lunes, 1 de febrero de 2010


MALDOROR


Me llamo Isidore Ducasse. Más conocido como Conde de Lautréamont, por unos escritos míos realizados a escondidas de las clases del Liceo de Pau en 1864. Aunque yo disfrutaba de las clases de retórica de Gustave Hinstin. No me perdía por nada del mundo de sus disertaciones sobre el Edipo Rey, de Sófocles. Sobre todo ante los desgarradores lamentos y gritos de dolor, al ser arrancados sus ojos maldiciendo su destino. Me estremecía (tengo que decirlo), el límite que hay entre lo humano y lo inhumano. El dios Tánatos colmaba mis aspiraciones existenciales y me volcaba al horror y al caos. Pero también amaba a Hipnos, su hermano, que me transportaba a experiencias inesperadas. Debo confesar que por esa época, detestaba los versos latinos; aunque disfrutara siempre de Corneille y Racine.

Como se imaginarán, soy extremadamente nervioso. Mi carácter, lo sé, se compone de eso: una obsesión por la tragedia y un delirante fervor por todo lo que denote soledad, angustia, repulsión… Estos Cantos, son prueba de mi soledad en el mundo… Maldoror, es mi documento de identidad.


(De Escritos apócrifos)

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