jueves, 3 de diciembre de 2009

Decálogo del Dandy

El dandy es hijo de sí mismo y cuida de él toda su vida. El dandy no lleva tatuajes. Decía Baudelaire: “Yo he crecido, en buena parte, gracias al ocio. Con gran detrimento para mí; pues el ocio sin fortuna aumenta las deudas, y de las deudas resultan las vejaciones. Pero con gran Provecho para mí, en lo que se refiere a la sensibilidad, a la meditación y a la facultad del dandysmo y del dilettantismo. Los otros hombres de letras, en su mayoría, son viles jornaleros, muy ignorantes”.

Su adoración, entre otras, son las mujeres. Las que cultiva a diario como un verdadero Don Juan. Para él, ella es la flor más perfecta de natura. Decía Lord Byron: "Es fácil morir por una mujer; lo difícil es vivir con ella."

Las clases sociales le son indiferentes. Menos la burguesía, a la que odia. Según Oscar Wilde: "La principal ventaja que se obtendría del establecimiento del socialismo, sería indudablemente que el socialismo nos relevaría de la sórdida necesidad de trabajar para otros, la que, en el presente estado de cosas, presiona tanto sobre casi todo el mundo. De hecho, casi nadie escapa "

La palabra poeta ha perdido significado y la considera de mal gusto. Prefiere la palabra “liróforo”, por estar más descontaminada de la vulgaridad. “Padre y maestro mágico, liróforo celeste” Dice Ruben Darío en su Responso por Paul Verlaine.

Cuando el dandy acude al populacho, es para que le lustren los zapatos. “La Francia atraviesa una fase de vulgaridad. París, centro universal de la tontería humana. A pesar de Moliere y de Béranger, no se hubiera creído nunca que Francia iría tan de prisa en la ruta del progreso. Cuestiones de arte, terrae ignotae”. (Baudelaire)

El dandy es libertario por naturaleza (asume su anarquismo) porque maldice el Poder y a la burguesía que lo detenta.

El dandy no se casa. Lee a Baudelaire. Se refugia en Pushkin. Le apasiona Lord Byron, Oscar Wilde, etcétera, etc. "Pero aún no escarmentado por centenas de ofensas, ante otros nuevos ídolos elevo mis plegarias...” (Alexander Pushkin)

No siente estima por las modas pasajeras. Sólo respeta a la belleza. "el modernismo era la anarquía, el individualismo absoluto". (Manuel Machado).

De los vinos, los más refinados. De las comidas, las más exóticas. De los perfumes, los más intensos y suaves…

Para él, la música es su esencia; y la Poesía, su quintaesencia. Para el liróforo dandy, el idioma es música de las esferas. "De la musique avant toute chose" (Paul Verlaine).

4 comentarios:

Eunice Escalona dijo...

HOLA POETA:

Muy aplicado tu artículo sobre el
arte del dandysmo. Haces aparecer por amor a la belleza, a la misma Belleza,en una interesante versión de sí misma: la que luce sus plumas de pavoreal, con genuina coquetería y acierto para la hora de la seducción por todos los sentidos y en cualquier espacio¡
Realmente haces creer que es un Cultivador de refinados jardines geométricos y prolijos, nunca alguien encargado de extraer las malas yerbas.... Esas mueren solas a su paso, su estela perfumada le quita peso y le añade gracia a su estilo de vida, de literatura...
Y ese panorama pictórico, en tus palabras reflexivas y por, obra de ellas, resiste lo anecdótico, fundamenta la existencia de las flores que se regalan,
y encaja perfectamente entre los objetos predilectos de cualquier alma sensible¡

EUNICE ESCALONA

Claudia dijo...

Un exquisito hallazgo tu blog Manuel, donde es inevitable dejarse caer en la suculenta mistura de datos, imágenes y sentidos con que expones . ¡Felicitaciones!

Mónica Angelino dijo...

Menos mal que la poesía no es dandy, (en líneas generales, pero eso no es poesía)

Un abrazo Manuel!!!
feliz año!!

ariel dijo...

Caro Manuel de moño volandero,
de espadín y jubones a la moda:
todo el sapiente savoir vivre, toda
la gracia aleve alumbra tu sendero.
liróforo terrestre y extranjero
en cualquier sitio,flaneur y delirante,
celebro tu talento y tu talante,
tu alma ligera, tu amisad tan noble:
joven eterno, tu rumbo no se doble
¡Has de ir siempre bien alto y adelante!

Y el abrazo irrestricto de
Jorge Ariel