lunes, 2 de marzo de 2009

Función privada



EL DIRECTOR BER
GMAN ENCUADRA
EL ULTIMO VESTIGIO


El director Bergman encuadra el último vestigio
/de la divinidad.
Todo el tiempo imagina que un triste payaso es dios,
que una pobre prostituta está próxima a la revelación,
que un dueño de circo es incapaz de manejar sus propias
/emociones
y cae víctima de sus fantasmas.
¿Acaso su destino está en una carta de Tarot?

El director Bergman, enfoca con su cámara de los horrores
al infierno que hay detrás de cada rostro,
y el silencio es un bosque encantado
en el que-maneja a sus criaturas.
Y he ahí la danza macabra con sus piruetas de la muerte.


Luego, el director Bergman vuelve su fumadora
/hacia el espectador,
dejando en el pasado a sus doncellas, príncipes,
/niños complicados,
y hace del público su película magistral.
Su reino inolvidable.

Y dice: "ése de la platea que rece de rodillas",
y el pobre idiota reza,
y se siente un mendigo en medio del templo.
Y dice: "aquél de la cuarta fila que se haga el muerto",
y el pobre diablo ya lo está: no come desde hace días.
Se hará el saltimbanqui en cualquier crepúsculo
/celestial.
Vuelve a decir: "la vampiresa de rojo que se haga
/la loca",
y enseguida la pobre infeliz comienza a delirar.
Hasta hace poco se creía Juana de Arco.


El director Bergman conduce a todos al delirio
y a cada uno en su papel.
¿Será ésta la oportunidad que a todos les aguarda?


Cuándo llega a mí, dice: "usted será el ilusionista",
y yo le contesto que siempre lo he deseado,
que a cada rato me lo repito porque tuve una vida
/para eso,
pero que soy muy mal actor...


(De Hypnos, Gabrielle Editores, Lima, 1995)

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