o había aprendido a escribir con caligrafía lunaria y sentido mercurial de las horas. No obstante, busqué mi Harrar en el trópico. Inventé los amaneceres y los crepúsculos irredentos. Me alimenté de luces. Y tuve que ahuyentar a los intrusos y antropófagos de la escritura. Navegué los sueños y quedé cautivo.Como en la pierna caminadora de Rimbaud, descubrí mapas desconocidos y se pudrió también la sombra. Con los años, creció en mí una bella y solitaria flor nacida de la conjunción de cielos y maresde una inesperada lucidez poética...”
(En los días que corren de septiembre del año 2008)
Nace en Buenos Aires (Barrio porteño de Saavedra),Argentina, en 1943. Perteneció a la revista El escarabajo de oro. Ha publicado: Los gestos interiores (1969); Según las reglas (1972); Son esas piedras vivientes (1982); Yo creía en el Adivinador orfebre (1983); Mirada de Brueghel (1990);Hypnos (1995); Los Cantos del Gran Ensalmador (2005) y Concertina de los rústicos y los esplendorosos (2007). También es autor de: Poesía Nueva Latinoamericana (1981); Cantos australes (1995); Obra poética de Olga Orozco (2000); Poesía amorosa latinoamericana (1995); Crónicas de Poeta (1996);Cartas del destierro y otras orfandades (2006), entre otros. Recibió Premios Nacionales e internacionales, entre los que figura el Primer Gran Premio Internacional de Poesía de Habla Hispana. En 1992 fue Director fundador de la revista Quevedo en la ciudad de Lima, Perú. De su poesía ha dicho el poeta surrealista chileno Alberto Baeza Flores: "Aquí está la confluencia del barroquismo hispanoamericano y la aventura expresiva de la poesía más moderna, más actual, más de exploraciones. Manuel Ruano reúne estos ríos neorrealistas mágicos y los unifica en su expresión poética."