Duende en la Noche de la Dama de Bollini
Mi instinto literario me aconseja dejar de lado cierta
carpintería verbal, para dar paso a la escritura. Porque
lo peor que puede hacer un escritor y también un poeta,
es explicar su escritura.
es la morada del hombre. Y André Bretón accedía a ese decir,
aportando una frase que todavía resuena en mi Casa de la Poesía:
“No existe fruto prohibido, toda tentación es divina”.
Así me asomé a la poesía tempranamente y al modo rilkeano,
por imperiosa necesidad.
No voy a decir cuándo; pero sí voy a decir por qué.
Ya lo he dicho muchas veces. Citaba entonces muy seguido
a Quevedo:
“Retirado en la paz de estos desiertos
con pocos pero doctos libros juntos
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.”
No voy a decir que toda visión del poema surge de una
supraconciencia ni nada por el estilo, porque eso me
resulta antipático. Ni que tengo una teoría de la conciencia
que maneja mis planos escénicos dentro del poema,
porque eso es más antipático todavía. Voy a decir que
escribo controlando, eso sí, el entusiasmo y buscando
la calidad de la imagen. Y por sobre todas las cosas,
el ritmo, a la manera de Mallarmé. Siguiendo las unidades
rítmicas de una pieza musical. Ya que Mallarmé insistía
en eso de que toda alma es un nudo rítmico. No puede haber
texto, ya sea poético o narrativo que no tenga música.
Entonces la escritura llega sin previo aviso. Es un paisaje
interior. Y yo no la escribo, porque ella me escribe a mí.
Ya sea en verso o en prosa.
y con los libros, esa sensación de estar todavía escribiendo
el poema. Así publiqué los primeros poemarios:
Los gestos interiores; Según las reglas; Son esas piedras
vivientes; Yo creía en el Adivinador orfebre; Hypnos; Mirada
de Brueguel; Los Cantos del Gran ensalmador y, por último,
Concertina de los rústicos y los esplendorosos…
Algunos de cuyos poemas leeré esta noche. Y tal vez ellos
me lean a mí.
poemas por amor y en su madurez, por desesperación…
Y Rimbaud, ¡ah, Rimbaud!, él descubrió la llama
del athanor alquímico y vio el mercurio de las palabras
cuando dijo: “El poeta se hace vidente mediante un largo,
inmenso y razonado desorden de todos los sentidos”.
Si mi memoria no me falla, (y en mi modesta experiencia
personal), yo empecé al revés de Nerval: escribí por
desesperación en mi juventud, y por amor en la madurez…
Y todavía más, de desamor…O sea del amor arrepentido
o desafiante. Lo que no deja de inquietarme porque a veces
el destino más irritante de una época está en la poesía,
como comenzara diciendo en Poesía Nueva Latinoamericana.
Un libro que empezó por síntesis de las voces de los poetas
de mi tiempo. En la búsqueda de un nuevo lenguaje.
Baudelaire decía: La poesía será cosa de iniciados.
Y yo me metí en eso. Jugué con las imágenes espagíricas
de los alquimistas. Tenía retortas imaginarias, salamandras
escondidas y athanores secretos que buscaban hacer la Piedra
lunaria, es decir, el poema.
“Un poema es una entidad vital mucho más orgánica que
un ser orgánico en la naturaleza. A un animal se le amputa
un miembro y sigue viviendo. A un vegetal se le quita una
rama y sigue viviendo. Pero si a un poema se le quita un verso,
una palabra, una letra, un signo ortográfico, muere”.
Y en esto se empecina mi arte. O sea, mi música interior…
(Palabras previas dichas por el poeta antes de la lectura de sus poemas)
1 comentario:
Felicitaciones por tan sensible recorrido por los valles, colinas y meandros de tu vida poética. Que en tu caso, tiene un sólo cuerpo e idéntico destino que la vida interior: la escritura de los versos en letras, no hace tanta Poesía, como vivir según sus reglas! Así que no importa el orden del discurso, el material de que está hecha la pluma, si entra primero la desesperación y después la re-flexión o viceversa: importa es ese rayo que sí es visible y sentido por los espectadores-cómplices, manifiestado como elegido camino y también como una premonición, que nos hacen encontrar muchos hilos de metales preciosos para llegar al final de calquier laberinto... y para jugar cualquier clase de Juego. La conexión es sagrada, y se lleva con distinción, con probidad, con trazos únicos, limpios, con perspectivas más allá delos jardines y de la ruinas antiguas.... Es, vivir como Poeta
en una Poesía, soñada y actuada, que aunque cueste la vida entera, es como un arcoiris de señales de tráfico de los espíritus por las contingencias del Universo... Y también, terminan, en cada extremo, en un Lugar de Tesoros!!
EUNICE ESCALONA.-
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