Del XXII Premio de Poesía de Costa Rica
Thelma Figueroa Figueroa 2013
Los
amantes se pierden en los turbios mataderos de la fantasía;
y tú, pequeña diosa andariega, te
consumes en viejas heridas...
Te entregas a todos en el café de la
resignación.
Para mí, tu corazón huele a flores
marchitas donde el amor se pierde.
No sé si han sido rotas las piedras del
tiempo
como lápidas nocturnas de una eterna
Afrodita .
No sé todavía qué vieja canción te llevó
por esa calle indebida.
Qué tratado de los sueños te confunde,
para que no te vaya a tentar ese trozo
del Cielo y del Infierno.
Los amantes se esconden y se besan hasta
en la muerte,
como en un parque maravilloso,
y descubren un día que nacen mudos como
estatuas,
con caprichosas poses encantadas, entre
peces rojos y dorados.
Por tu pelo baja el sol hacia las
plantas de los jardines solos,
que enciende el mar en sus ensoñaciones
temibles.
Yo soy el extranjero que siempre toca la
playa indebida,
el que guarda tus pensamientos en una
cripta de fuego
y cierra la puerta de la desolación.
Acaso un cantor envenenado, por un raro
licor que resplandece en la sombra.
Mientras los amantes se acarician en la
claridad de la luna.
Son falsas las estatuas después de las
ausencias.
¡Debieras saber que
desde hace mucho tiempo, están muertas de amor!
Manuel Ruano