lunes, 14 de septiembre de 2015

Anecdotario



Una anécdota a cuenta de Borges

(Aparecida en el blog Una temporada en el infierno de Juan Pedro Quiñonero)
Escrita por un asistente a una conferencia de Manuel Ruano
Sobre Borges y auspiciada por La Sociedad Argentina de Escritores


En una conferencia dada hace algunos años en Buenos Aires y organizada por la Sociedad Argentina de Escritores, contaba Manuel Ruano una interesante anécdota de Borges que a mí
siempre me ha dejado fascinado y me da pie a muchas reflexiones.


Al parecer, en la Navidad del año 1938 Borges fue a tomar el ascensor para subir a su casa y se encontró con que estaba estropeado. Se fue por las escaleras con la mala fortuna de que se dio en la cabeza con el canto de una de las ventanas y que, como nadie pasaba por allí al haber ascensor, estaba abierta de par en par. La herida, según parece, fue bastante profunda y además le produjo una infección en la cabeza, lo que obligó al médico a operarle.

El post operatorio fue duro, pues la fiebre le subió mucho, al parecer hasta casi 42 grados de temperatura, lo que provocó que el pobre Borges se sumara en un delirio febril y que además provocó que la madre y él mismo pensaran que podría a llegar a perder la razón.

Cuenta Ruano que mucho después Borges reconoció que mientras estaba con aquellas fiebres tan altas causadas por la grave herida de la cabeza tenía delirios en los que veía multitud de imágenes, animales extraños e ideas que aprovechó para una de sus obras. Pero ahora viene la anécdota, resulta que cuando se iba ya recuperando algo, tras lo mal que lo había pasado, un buen día se puso a llorar en la cama. Su madre se le acercó y le preguntó que por qué lloraba y quedó impresionada cuando Borges le contestó: “porque me doy cuenta que finalmente no voy a enloquecer”.

Ya ven, es la mente de un genio creador, la fiebre la había abierto la puerta de un mundo imaginario donde creaba nuevas ideas y personajes que lamentaba perder, lloraba por dejar de estar en ese mundo ajeno a la realidad donde otras cosas son posibles.”


24 de octubre del 2008

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