jueves, 2 de julio de 2009

ALEJANDRA PIZARNIK
(1936-1972)
"En el centro puntual de la mañana Dios,
la araña..."
(Palabras encontradas entre sus apuntes)

NO HUBIERAN SIDO MAS QUE PAJAROS SIN ALEJANDRA

A Alejandra Pizarnik i.m.


Hay dos cosas verdaderamente graves e infelices:
los sueños cuando no refieren más que el destino de sus criaturas
y dragones a ciertas horas de la madrugada.
Amén, de otros mayores y menores.
Por ejemplo, aquellas fábulas (de viejas Ediciones Gallimard o N.F.R. de lujo)
y las conclusiones sin aliento.

También hay otra que desconcierta,
cuando el seconal sódico es una invitación en pequeñas proporciones
a que el viento recoja sus nostalgias,
mientras quedan insomnes las páginas en blanco
y en las manos la perpetuidad del instante.

Y es ahí, que la piedra de la locura cambia de color,
que se transforma y no se detiene,
que su peso es entonces más del debido
y queda entre las viejas historias del amor, los sueños, las caricias,
porque ya no es posible su extracción de los estantes.

Pero entonces ahí es,-dulce bretoniana incorregible-,
que los ojos advierten que hay dos cosas verdaderamente graves e infelices,
que dejan de lado el Arte Poética, los labios proscriptos,
y el despertar de las mañanas para siempre.

(Poema de Manuel Ruano aparecido en la revista venezolana Zona Franca en homenaje a la poetisa tras conocerse su tràgico final)


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